29 noviembre 2008

La Señora Valiente



Temor, terror, pavor, pánico, espanto, horror, alarma, susto, sobresalto, recelo, aprensión, desconfianza, canguelo, turbación, sorpresa, asombro, desasosiego, cobardía y muchas cosas más sintió la gran Esperanza blanca de los neoliberales madrileños y españoles.

Me imagino que si esto mismo le hubiera pasado a Zapatero, o a cualquier otro político de izquierdas, el Sr. Pedro Jota (El Gran Maestro de la Logia de los Corpiños Rojos) hubiera soltado por esa boquita que tiene todos los exabruptos conocidos y hubiera llegado a la conclusión, o sea su conclusión, que el Sr. Presidente del Gobierno, no está preparado para gobernar.

Pero como no ha sido así, si no que ha sido la Dama de los Calcetines imposibles, todo esto no se comentará, pera aquí estamos para aclarar conciencias y lavarlas con Ariel.

La señora Doña Esperanza Aguirre, puede y debe tener miedo, ya que es humana, y el miedo es libre. Pero una cosa es que salga “pitando” hacia un lugar seguro, como puede ser el aeropuerto y otra muy distinta, es que deje en la estacada a todos los que venían con ella.

Porque esto es lo que ha hecho, ponerse a salvo y dejar a los que iban con ella a merced de los terroristas. Al contrario de un verdadero líder, o alguien con un poco de sangre en las venas, salió corriendo como alma que lleva al diablo, y no tuvo la “verguenza torera” de esperar a los que había dejado a merced de los tiros y de las explosiones. Aún sabiendo, que venían de camino hacia el aeropuerto, y debía haberlos esperado.

La Señora Aguirre los dejó abandonados a su suerte, y pensó que el “que venga detrás que arree” y que el mundo es de los listos, aunque sean unos cobardes.

Pues nada Señora Aguirre, me alegro mucho de que no le pasara nada a usted, y me alegro más de que no le ocurriera ninguna desgracia a los que usted abandonó, y espero que recuerde y lleve siempre en sus pensamientos, que el Capitán del barco, es el último que lo abandona, junto con la Orquesta (la del Titanic me refiero) interpretando “por una cabeza”, que creo que fué la última pieza que tocaron antes de irse al fondo junto a la tripulación.

Nos acaba de demostrar señora, que no es digna de ocupar el puesto que ocupa, y que no representa a la Comunidad de Madrid, por lo menos a mi, aunque no hacía falta demostrarme la clase de cara que tiene usted, más cara que espalda, y encima con una cobardía y un cinismo que no nos esperábamos, aunque quizás militando en el partido que milita si, era de esperar.

Adios cobarde.