Últimamente, se muere mucha gente. Hay una epidemia, y a cada cerdo le llega su San Martín. Lo que es una pena, es que se mueran, sin que las causas judiciales, que tienen pendientes puedan seguir adelante.
Las dos últimas pruebas, las tenemos con Pinochet, que la parca se lo llevó sin que pudiéramos hacerle un juicio justo y luego haberlo ahorcado al amanecer.
También se ha muerto, Loyola de Palacio, la monja alférez, tenía tipo de monja y cara de alférez de la Legión. Parecía una mosquita muerta que nunca había hecho daño a nadie.
Lo que pronto se nos olvida, es que la susodicha, tenía casi tantas causas judiciales como Julian Muñoz.
O es que ya nadie se acuerda, de cuando esta señora cancerosa, era Ministra de Agricultura y permitió que se cometieran todos los desfalcos que se hicieron, con el lino?
Hay que recordar, que tuvo que dejar el Ministerio de Agricultura, y de una patada en el culo la mandaron a Bruselas, para que las cosas se calmaran?
Ya nadie se acuerda del fraude del lino?
Vaya tropa, si, pero de ladrones cancerigenos, a esta gente que tiene causas judiciales pendientes, lo mejor sería que cuando murieran, los dejaran sin enterrar, para que los animales dieran buena cuenta de sus despojos.
