Héroe o Villano?

Mataron a un Alcalde. Lo mataron como a un perro, de noche, con frio, en una carretera comarcal. Lo dejaron que se desangrara.

Pocos lloraron su muerte.

Muchos se alegraron.

Muerto el perro se acabó la rabia.

No volverá a ser un cacique dijeron algunos.

Se acabó el ordeno y mando, aplaudieron casi todos.

La Guardia Civil, mientras tanto, investigaba a todo un pueblo.

Todos tenían un motivo.

Las barrabasadas del Alcalde se conocían en toda la Comarca.

Por su culpa, el odio de los vecinos era montaraz.

Todos recordaban el enfrentamiento, entre ellos desde que este señor llegó al pueblo y se hizo Alcalde.

Estaban, hartos.

Nadie podía aguantar más.

No dejaba empadronarse a nuevos vecinos para que siempre tuviera los mismos votos y siguiera de Alcalde.

Su partido se lo permitía y le alentaba a ello.

Hasta que la rabia de un vecino, de un antiguo amigo, floreció en su piel.

Una noche, cuando ya no pudo más montó una “cacería”; él sabía de armas y de cómo cazar a su “presa”.

Era fácil.

Los caciques, casi nunca tienen temor ni de Dios ni de los hombres.

Cuando volvía de una reunión de Alcaldes populares de los pueblos de la Comarca, y antes de que volviera a hacer otra alcaldada, un vecino, alguien que ya estaba harto de caciques, preparó la celada.

Fue fácil, matar es fácil.

Matar sólo es un problema cualitativo.

No cuantitativo.

Si tu ya has matado alguna vez, te da lo mismo, ocho que ochenta.

Y el vecino ya había matado bastantes corzos, gamos, ciervos y sobre todo cerdos.

Lo bueno del cerdo es que la textura de su carne es muy parecida a la textura humana.

Si a un cerdo le cortas el cuello, y después haces los mismo con una persona, notarás que el cuchillo hace la misma fuerza.

La diferencia es que el cerdo grita más.

Al Alcalde no le dio tiempo a gritar.

Una buena perdigonada y fuera.

Se acabó.

Era una Metáfora.

Una metáfora de lo que les puede pasar a los populares en España.

Que se cansen de ellos y empiezen a cargárselos en las cunetas de las carreteras.

La gente no llorará, nadie llora cuando se hace justicia.

Y esto acabará como en el treinta y seis.

Sólo que esta vez van a ganar los buenos.

LLuis Llach I si canto tris